Te recomendamos que contactes con tu instalador de confianza y le solicites un mantenimiento preventivo de una visita anual. No tendrá un coste elevado y, en cambio, garantizará el funcionamiento a largo plazo de los componentes de tu instalación.
El mantenimiento de una instalación fotovoltaica la podemos dividir en tres partes que requerirán acciones diferentes:
- Paneles fotovoltaicos y elementos de suportación que se ubican habitualmente en la cubierta del edificio.
- Componentes eléctricos (inversores, cuadros AC, cuadros DC, cableados y conectores, etc.) ubicados habitualmente en el interior de la vivienda.
- Baterías (si las hay) instaladas en el interior.
Paneles fotovoltaicos y estructura
Esta parte de la instalación es la más expuesta y la que está sometida continuamente a agentes climáticos como el frío, calor, lluvia, nieve…
Si tenemos en cuenta que los paneles solares son los elementos que captan la luz del sol para producir electricidad, no queda duda de que cuanto más limpios estén, más rendimiento obtendremos en la instalación.
Pero ¿quiere decir esto que tengamos que subir al tejado a limpiar los paneles continuamente?
La respuesta es no. La suciedad habitual presente en los paneles proviene de polvo acumulado o restos de polución y su afección sobre la producción de energía es pequeña. En la mayoría de los casos la propia agua de lluvia se encargará de limpiar las placas.
No obstante, siempre puede haber elementos como heces de pájaros, hojas, etc. que sea conveniente eliminar para maximizar el rendimiento del campo fotovoltaico ya que pueden provocar sombras o derivar en problemas como los puntos calientes (hotspot) que afectan negativamente al funcionamiento. Esta limpieza debe realizarse siguiendo las instrucciones que indica el fabricante.
Otro de los elementos a revisar es la estructura que soporta a los paneles. La estructura está habitualmente fabricada en aluminio y utiliza tornillería en acero inoxidable con elementos que garantizan el par galvánico evitando la corrosión. La estructura está diseñada para aguantar durante muchos años condiciones climáticas adversas, pero siempre es recomendable que coincidiendo con alguna actuación por parte del mantenedor en la cubierta, realice una inspección y reapriete (si es necesario) los elementos de la estructura.
Durante esta inspección visual también es importante observar los paneles para detectar algún panel que haya podido sufrir algún deterioro que pueda afectar al campo fotovoltaico.
Elementos eléctricos
Hoy en día prácticamente todos los inversores incorporan sistemas de monitorización de la producción fotovoltaica. Esta vigilancia además de indicarnos en todo momento cuánto está produciendo nuestra instalación, nos puede ayudar a detectar posibles problemas en el campo fotovoltaico, como puede ser una parada inesperada del inversor.
Por otro lado, siempre es conveniente que el mantenedor realice una verificación y limpieza de los bornes de conexión de los diferentes elementos de la instalación como Inversores, el cuadro de AC, el cuadro de DC para asegurarnos la correcta conexión y funcionamiento.
Baterías solares
En el caso de baterías solares de litio, su ventaja es que tienen un mantenimiento prácticamente inexistente y el mantenedor solo deberá revisar que el estado de las conexiones es correcto.
Te recomendamos leer el post: La evolución de las baterías de litio
En definitiva, la realización por parte de un instalador profesional de un mantenimiento preventivo es muy recomendable y ayudará a alargar la vida útil de tu instalación. El coste es bajo y las acciones son sencillas, pero no debes olvidar que tienes una instalación de producción energía eléctrica en tu vivienda.